El Concepto es Regalo. Por eso creado y presentado para Regalar

En Comunión con Su Palabra-2
Lunes 30 de Septiembre

         “En comunión con Su Palabra”, destaca hoy, el evangelio de ayer domingo 29 de octubre de 2019.  Lucas 16:19-31: “La parábola del rico y el pobre Lázaro”.

             Primero, Jesús dice que Lázaro es llevado por ángeles al Cielo. Es decir, Jesús está afirmando y confirmando, que el Cielo no es una figura literaria, sino un lugar que existe, y confirmando que los ángeles no son una metáfora, sino que son seres creados por Dios, capaces de moverse entre el Reino de los Cielos y este universo temporal. Luego dice que el Rico indolente y derrochador llega a un lugar de sufrimiento, es decir, Jesús está afirmando que al terminar esta vida habrá Juicio y Justicia, pero también está diciendo que habrá consuelo para el que ha sufrido. ¡Aleluya!

        Por eso, cuando un católico dice que hay vida después de la muerte, no es porque “lo cree” sino porque Jesús, el hijo de Dios, lo asegura. Por ejemplo, en este evangelio no podemos pasar por alto que el relato dice que Lázaro llega donde Abrahán, por lo tanto, si Abrahán era un hombre tal como nosotros, y está vivo en el Cielo, con cuerpo y alma, quiere decir que también nosotros viviremos en el Cielo, con cuerpo y alma.

       Lo otro destacable es cómo Jesús, muchas veces y en esta ocasión también, reafirma la veracidad de las Sagradas Escrituras. Citando el Antiguo Testamento, les recuerda:

           “  Abraham dijo: “Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso!”

Nuevamente podemos decir que leemos el Génesis, (escrito por Moisés, 600 años antes de Cristo)   porque el propio Jesús lo leía, lo consideraba Palabra de Dios, y por tanto, lo avala. Y no es un tema menor, ya que en el Génesis se relata la creación del Hombre y la Mujer, en el Paraíso, luego la desobediencia, la salida del Reino perfecto de Dios, y el anuncio del Salvador futuro proveniente de una mujer que aplastará la cabeza de la Serpiente. O sea, ni más ni menos, se nos anuncia nuestro regreso al Paraíso.

       ¡Podemos alegrarnos! ¡Somos Bienaventurados! Jesús viene a decirnos que Dios siempre nos ha amado, desde el comienzo,  y que nunca ha dejado de llamarnos, de buscarnos y de esperarnos a cada uno de nosotros, en su Reino.        

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 Un fraternal saludo, en comunión con Su Iglesia, y nuestra Iglesia. Guido Pallavicini Z. / Catequista.