“En comunión con la Biblia para Niños -2-  ¿Por qué existen las cosas malas y la muerte?”.

    Tenemos que decir a nuestros hijos, que todo está bien, que nada los puede dañar, porque Dios está detrás de todo, y todo lo renovará y lo transformará. Cada persona que muere, es inmediatamente sostenida por los ángeles y llevada al reino de Dios. Y esto no lo inventé ni yo ni la Iglesia; esto lo dijo Jesucristo, y está escrito en el evangelio de Lucas 16,19-31. ¿Dónde está el problema, entonces, con la muerte? Solamente tenemos que explicarles que no somos nuestro cuerpo, y que como dice el Catecismo de la Iglesia y la Biblia, al morir, nuestro cuerpo queda acá, y nuestra alma se va al Cielo, donde se nos dará un cuerpo inmortal, llamado cuerpo glorioso, igual al cuerpo con que se apareció Jesús al resucitar. (Confirmar en Catecismo de la Iglesia Católica, página 346, párrafo 997).

    Una vez que comprendemos lo anteriormente dicho, y se lo podemos decir con fundamentos y convicción a nuestros niños, explicarles por qué existe el sufrimiento, la enfermedad o la maldad, o por qué Dios la permite, es mucho más sencillo. Basta leer las primeras páginas de la Biblia, donde se relata de manera muy simple cómo nace la vida, el hombre, el mal, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte física. Recordemos que en los artículos anteriores de este Blog se han dado muchas razones para confiar en la veracidad de la Biblia, y que siempre es Dios, con su Espíritu Santo, quién está comunicando o inspirando a quienes la escriben, y que esto se comprueba por la revelación de Dios que en ella aparece.

    La belleza, la seguridad y la perfección que los niños y adolescentes tanto anhelan, sí existen, solo que aquí, en esta vida y este planeta, están distorsionadas. Dios hizo todo bueno, y nos hizo a su imagen y semejanza, en el Paraíso. Solo que a los dos primeros seres humanos los hizo libres, y por tanto con la capacidad de elegir y equivocarse. Así fue que ellos utilizaron mal su libertad y desobedecieron, lo cual los hizo salir del Paraíso, y tener que vivir en este planeta imperfecto, con cuerpos imperfectos, y expuestos a la maldad de otros hombres. (Confrontar y complementar con el Génesis, primer libro de las Sagradas Escrituras, y con el Catecismo de la Iglesia Católica, páginas 122 a 140).  Bueno, los niños suelen alegar: “¡Y por qué, si es Dios, no hizo perfectos a los dos primeros!”. Respuesta: Porque hubieran sido como robot, sin conciencia, ni libertad, ni alegría.   

     Si se piensa bien, de la única manera que podemos ser inmensamente felices al llegar al Paraíso, es haber pasado primero por esta vida imperfecta. ¡Genial! Nos crea allá, nos deja salir, y luego nos hace volver. ¡Genial! A un hijo podemos decirle muchos ejemplos de cómo se sentiría lejos de su hogar y luego volver a sentir los brazos y cariños del papá y la mamá. ¡Esto es todo! ¡Esta es la Historia de la Salvación! Tenemos que entenderlo nosotros primero: Lo que encierra la Biblia, es la más hermosa historia de amor y felicidad que se pueda imaginar, y que coincide con los anhelos más profundos de nuestro corazón. ¡Aleluya! ¡Todo está bien! ¡No existe el Cuco! ¡¡Absolutamente TODO está bien!! ¡¡Aleluya!!

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Con emoción… y mi alma llena de gratitud hacia el Señor, los saluda fraternalmente, Guido Pallavicini, Catequista.