Vivir el tiempo de adviento sirve para comprender y asimilar un acontecimiento espectacularmente maravilloso y tan extraordinario, como lo es la encarnación de Jesús. No es simplemente que nace el niño Jesús. Es mucho más que eso. Es una parte de Dios que se une a la naturaleza humana, que se hace uno con nosotros, uno como nosotros.

¿Y por qué Dios hace esto?

La respuesta la encontramos durante este tiempo de adviento, cuando recordamos los acontecimientos previos a la noche de Navidad: Hay un Ángel que atraviesa el Reino de los Cielos, un enviado de Dios, que se aparece ante  María para invitarla a ser parte de un plan de Salvación: Jesús, el Mesías, nuestro Salvador, ha llegado a reconciliarnos con nuestro Padre Dios.

¿Y para qué nos sirve eso a nosotros?

Nuevamente, en estos días de espera, tiempo de adviento, iremos encontrando las respuestas. Ser reconciliados con Dios, a través del nacimiento de Jesús en Navidad, nos permitirá ni más ni menos, regresar al Paraíso en cuerpo y alma. En la Noche Buena, no solamente Dios se hace hombre, sino que también el hombre se hace como Dios. En Navidad se vuelve a unir el Cielo con la Tierra, y lo divino con lo humano, tal como siempre fue el deseo de nuestro Padre Bueno.

¿Y para qué le sirve esto a mi familia?

Para encontrar Paz, Alegría, Bondad y Amor. El Amor del Padre, la bondad del Hijo, la profunda alegría que da el Espíritu Santo, y ese maravilloso sentimiento de confianza, gratitud y seguridad que llamamos la paz del Señor.

Cuando tengamos una lectura preparada, una reflexión pensada, y apaguemos las luces, y prendamos una vela de la corona de adviento, y nos pongamos como familia, en presencia del Señor, entonces iremos comprendiendo verdaderamente cuanto valor tiene este hermoso tiempo de espera llamado Adviento.

…………………………………………..

Que el Señor bendiga nuestros hogares con su presencia, y nuestros corazones con su bondad y su alegría.

……………………………..

Un fraternal saludo. Guido Pallavicini / Catequista.